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Fecha: Del 16/12/2016 al 25/12/2016

Kuala Lumpur

Tras mi periplo durante 4 semanas por Indonesia, y desde Lombok, llegaba al aeropuerto de Kuala Lumpur.

Tras una hora aproximadamente en bus en autobús desde el aeropuerto hasta el centro de la ciudad, llegaba al hostal a la tarde noche.

Ya había anochecido cuando salí para ver los más famoso de Kuala Lumpur, las torres Petronas. Son impresionantes. Sus altura con su iluminación fundidas en la noche hacen que estas torres, así como sus alrededores, sean hermosas.

Al día siguiente, opté por ir a las famosas Batu Caves, a las que se puede llegar en tren desde el centro de la ciudad. Estas cuevas están custodiadas a su entrada por Lord Murugan, una de las más altas estatuas de oro del mundo, así como de cientos de monos que suben y bajan sus inclinadas escaleras entre los turistas esperando por algo de alimento .

Por la tarde y ya de vuelta a la ciudad, seguí explorando la ciudad. No considero que sea una ciudad hecha para caminar, está hecha para el tráfico y es complicado pasear sin estar pendiente de los coches.

GeorgeTown

En bus desde Kuala Lumpur, llegaba a Penang, para luego cogerme el bus urbano y llegar a GeorgeTown, situada al norte de esta isla. Desconocía por completo esta ciudad, pero me habían dado muy buenas recomendaciones sobre ella así que decidí hacer una parada de un par de noches.

Desde el minuto uno sentía que esa ciudad tenía algo especial, algo diferente. Ya en la primera noche, tras salir del hostal para ir a cenar a un mercado nocturno. Allí conocí a una californiana con la que luego mantendría conversaciones muy interesantes mientras cenábamos. Tras ello, visitamos juntos la ciudad, viendo y participando en el desfile chino de la navidad. ¿He dicho alguna vez que más que los lugares lo que hace especial un viaje es con quien lo vives? Pues así fue.

Georgetown se caracteriza por su arte callejero. Por sus famosos grafitis que mucha gente (entre los que me incluyo) ha visto pero nunca hubiese pensado que estaban en Malasia. Hay una ruta marcada para poder ver la mayoría de ellos, pero siempre es bueno perderse para descubrir otros no tan famosos pero de la misma calidad. Es por todo ello que esta pequeña ciudad es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

La última noche, tiempo para seguir degustando de la comida de Malasia, que es una de las que más me ha gustado hasta la fecha. Un lugar que no se puede perder es el Red Garden Food Paradise, donde diferentes restaurantes de casi todas las nacionalidades dan la oportunidad de desgustar una cena multicultura.

Langkawi

En ferry desde GeorgeTown llegaba a Langkawi, isla situada al norte de Penang, siendo la isla situada más al norte de Malasia haciendo sus aguas frontera con Tailandia.

Una de las experiencias que disfruté como un niño en Langkawi fue la de pilotar una moto de agua. Es algo que siempre había querido hacer pero nunca había encontrado el momento, y este era el momento. Una maravilla cargada de adrenalina y rodeada de hermosos paisajes.

Me despertaba el día de nochebuena sabiendo que sería diferente a todos los años anteriores, y así fue. Con otro chico del hostal nos fuimos en la mañana a recorrer parte de la isla en moto para hacer paradas en diferentes cascadas, playas y para acabar subiendo en teleférico al Skybridge, puente que se encuentra suspendido a más 700m de altura sobre el nivel del mar y rodeado de montañas y con vistas al mar.

A la noche, nochebuena, la gente del hostal había preparado una cuantiosa cena de la que disfrutamos todos los allí alojados y otros invitados entre conversaciones y risas. Sin duda, el hecho de pasar la nochebuena con gente desconocida hace que sea diferente, mágica. La noche acabó con una fiesta en la playa. A pesar de que Malasia sea un país principalmente musulmán, la nochebuena se celebra como el cualquier otro sitio y siempre es una buena excusa para una fiesta.

Al día siguiente, día de Navidad, desde el aeropuerto de Langkawi, me ponía rumbo a Sri Lanka haciendo escala antes en Kuala Lumpur.