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Desde Filipinas y con vistas a Indonesia, era tiempo de hacer escala en Singapur y pasar un par de días para descubrir esta pequeña ciudad. Es una ciudad cara para el presupuesto mochilero, por eso dos noches fueron más que suficientes. Todos los comentarios que había escuchado y leído eran muy buenos, con alguna pega como sus altos precios o peculiaridades como la ley que prohíbe comer chicle en todo el país.
Tras tres semanas en Filipinas, dejaba atrás las playas y el caos de las islas para volver a la gran urbe donde la modernidad, la limpieza y el lujo hace acto de presencia a través de sus calles y rascacielos. Tiempo de dejar a tras el regateo por precios fijos, elevados pero fijos. No más taxis ni triciclos, sólo metro y caminar.
Llegué al hostal a la tarde noche, así que tras dejar la mochila en la habitación, salí a explorar el barrio de Chinatown donde estaba localizado. Singapur tiene gran influencia china, por eso este barrio es uno de los más importantes y característicos. Se pueden encontrar cientos de restaurantes y puestos callejeros que ofrecen la diversa gastronomía china.
Al día siguiente era momento para descubrir la ciudad caminando y perderse entre sus edificios para llegar a la zona más famosa, Marina Bay, donde se encuentra el hotel que lleva su nombre, famoso por su piscina infinita en lo alto del mismo, así como los Jardines de la Bahía donde se encuentran los “Super Árboles”. Estos árboles artificiales son famosos, aparte de por su belleza, por ser capaces de generar electricidad a través su tecnología solar e hidráulica.
El último día era tiempo para explorar otros rincones de la ciudad, entre los que podría destacar Little India, así como el centro comercial de electrónica, Sim Lim Square, donde se vende todo tipo de tecnología en sus más de 5 plantas. El día acabó de nuevo en Marina Bay para poder disfrutar de los Super Árboles y alrededores por la noche. Tanto en el parque como en lago enfrente del hotel hay espectáculos de luz y sonido que hacen que ese momento se convierta en mágico. Es sin duda uno de los atractivos de Singapur y que nadie debería perderse.
A la mañana siguiente de nuevo al aeropuerto para irme a Indonesia, concretamente a Jakarta. A pesar de ser un vuelo de unas dos horas, se produce un gran cambio al cambiar de país, de continente e incluso de hemisferio.
Un comentario en “3 días en Singapur”