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Manila
Desde Taiwán llegaba al aeropuerto de Manila donde esperaba encontrarme con una amiga y lo único que me encontré fue caos, ruido y taxistas ofreciéndome llevarme al hostal por un precio módico, que por supuesto no lo era y era necesario regatear. Aunque había leído que no merecía la pena visitar Manila puesto que no hay mucho que ver, necesitaba comprobarlo con mis propios ojos. Además este viaje era diferente, no estaría sólo, Nuria y Menchu me acompañarían desde el principio, por eso necesitábamos encontrarnos en Manila porque cada uno venía de un sitio diferente.
A la tarde noche, y tras encontrarme en el hostal con Menchu, exploramos los alrededores. Las primeras impresiones no eran muy buenas. Aunque desde el hostal se veían modernos edificios, sus calles sólo albergaban desorden y pobreza. Me sorprendió ver a tantos niños pidiendo en la calle. Compramos comida para algunos de ellos, pero no teníamos para todos.
Al día siguiente fuimos a visitar el Fuerte de Santiago y Ultramuros, que es la parte antigua de Manila, siguiendo por el parque principal de la ciudad. Seguimos recorriendo la ciudad por su paseo marítimo, muy poco cuidado, hasta la tarde cuando volvimos al hostal para encontrarnos con Nuria, que llegaba después de un largo viaje desde España. Unas cervezas en el hostal para ponernos al día y decidir a donde nos íbamos al día siguiente, pues no teníamos nada planeado. Reservamos un billete de avión para la mañana siguiente a Puerto Princesa para luego irnos a El Nido.
Puerto Princesa (Palawan)
Llegamos al aeropuerto de Puerto Princesa por la mañana. Un triciclo nos llevó hasta el hostal. Nuestro plan para el día siguiente era ir al “Underground River”, pues está considerada una de las maravillas del mundo, pero tras hablar con varias personas en el hostal decidimos no hacerlo, ya que por sus experiencias no merecía la pena por ser un viaje de 9 horas en el que sólo estás en el río por 45 minutos, el resto es viaje y tiempo de espera. Así que reservamos el viaje para la mañana siguiente a El Nido, pues no queríamos viajar de noche y ya teníamos pagado el hostal. Además llovía con fuerza, así que la mejor opción era esperar. Es verdad lo que dicen, en Filipinas cuando llueve…llueve.
El Nido (Palawan)
Tras 6 horas de trayecto en minibus, llegábamos a El Nido, famoso por sus paisajes y uno de los destinos más recomendados en Filipinas. Había parado de llover, así que cogimos la toalla y nos fuimos a la Playa de las Cabañas. Bien! Playa! Por fin! Desde que empecé el viaje no había pisado la playa, salvo en Busán (pero no me bañé). Arena blanca y aguas cristalinas a una temperatura perfecta. No había quien me sacará del agua.
Los días siguientes fueron casi todos lluviosos, tan pronto paraba, nos íbamos a la playa. Tal vez no disfrutamos El Nido como deberíamos pues el tiempo no nos acompañó lo suficiente.
Hay varios tours organizados que hacen rutas por diferentes islitas de la zona, incluyendo lugares para hacer snorkel. Hay cuatros tours (A, B, C y D). Todo el mundo recomienda el A o el C. Nosotros hicimos el A y nos encantó. El tiempo estuvo de nuestro lado así que pudimos aprovecharlo al máximo.
Como el tiempo no acompañaba, decidimos acortar nuestra estancia en El Nido, y pusimos rumbo a Panglao.
Alona Beach (Panglao)
Tras pasar la noche en la ciudad de Cebu, cogimos un ferry a Tagbilaran en Panglao, y luego dirigirnos a Alona Beach.
Tras una semana de lluvias y cambio de un sitio para otro, necesitamos una semana de playa, playa y playa, por eso nos fuimos a Alona Beach. Reservamos un hotel barato con piscina en el que el plan de cada día era desayuno, piscina, playa, comida, playa, piscina, cena y cervezas. Incluso algún día nos permitimos incluir algún masaje en la playa. ¡Filipinas comenzaba a seducirnos!
Es posible ir a Bohol para ver las Colinas de Chocolate, aunque nosotros decidimos no ir porque queríamos aprovechar el buen tiempo en la playa.
Lo que sí hicimos fue ir a Oslob, situado al sur de la isla de Cebu y es uno de los principales atractivos turísticos de Filipinas por poder tener la oportunidad de nadar con tiburones ballena. Sin duda la mejor experiencia que he vivido en Filipinas. Es impresionante poder nadar con estos animales de más de 12 metros.
Otro día nos alquilamos unas motos para recorrer la isla y poder ver algunas playas escondidas, así como otros atractivos ocultos como cuevas y cataratas. Era mi primera vez pilotando una moto, empezando con miedo pero acabando disfrutando como un enano.
El viaje en grupo se acababa, Nuria volvía a España y Menchu seguía otro camino. Yo me iba a Boracay para pasar la última semana en Filipinas.
Boracay
En avión desde Cebu y tras pasar una noche en Kalibo, en minibus llegué hasta el puerto de Caticlan, para luego coger un ferry que en unos 15 minutos me llevó a la isla de Boracay. Es el destino más turístico de Filipinas. Es conocido por sus fiestas, de hecho, es considerado la Ibiza de Filipinas.
Estuve una semana en Boracay y me encantó. Tiene varias playas, pero sin duda le mejor es la White Beach. A pesar de ser la zona más explotada y turística, pues es donde están todos los locales y bares, la playa de arena blanca y aguas cristalinas es espectacular.
Durante este tiempo tuve la oportunidad de sacarme la titulación de buceador hasta 18 metros. El curso dura 3 días incluyendo clases y 5 inmersiones. Otro regalo que me llevo de Filipinas para toda la vida y que sin duda vuelve a ser una nueva experiencia con tendencia a convertirse en hobby.
El tiempo en Filipinas se había acabado, así que nuevo al aeropuerto de Kalibo para coger un avión con destino a Singapur.
Un comentario en “3 semanas en Filipinas”